La epilepsia es una enfermedad neurológica caracterizada por “crisis de epilepsia”, que son eventos causados por descargas eléctricas anormales en el cerebro. Estas crisis son episodios repentinos que pueden consistir en movimientos anormales, sensaciones físicas o psíquicas inusuales difíciles de explicar (hormigueos de alguna parte del cuerpo, miedo repentino, sensación de que lo que está sucediendo ya ha ocurrido antes, etc.) y, en ocasiones, pérdida de conciencia.
Es una enfermedad crónica que afecta al 1% de la población. Se estima que es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes en el mundo, presentándose principalmente en personas menores de 20 años y mayores de 60 años. A pesar de un buen tratamiento, un tercio de los pacientes persisten con crisis epilépticas, sin responder a los fármacos habitualmente usados. Esto es lo que se define como epilepsia refractaria.
Es importante saber que las personas con epilepsia tienen 2 a 3 veces mayor riesgo de morbi-mortalidad. La epilepsia origina serias consecuencias físicas-psicológicas y sociales, que impactan la vida y el desempeño de los pacientes, quienes frecuentemente además, sufren el estigma y los prejuicios impuestos por la sociedad.